Y así fue
Por: Baleryns López
Ella no tenia conciencia
del plano exterior, donde estaba, ni quien era. Tampoco se esforzó mucho
en tratar de investigarlo pues era feliz. Vivía tranquila, feliz y
rozagante con unas escarchas mágicas que una mano le rociaba cada cierto
tiempo, el suficiente como para renovar a tiempo el efecto mágico.
Todo era perfecto y hermoso, la poesía y el delirio eran cotidianos.
Hasta que un día la mano desapareció, ella se quedó esperando la
preciada guarnición, pasó un día, pasaron diez y comenzó a sentir los
efectos de su partida.
El primer síntoma fue un fuerte dolor en
el interior, como un cuchillo filoso y caliente, clavado lentamente en
el pecho, ella sufrió tanto que emitió un gemido que duró 24 horas y es
que ella nunca había experimentado el dolor.
El segundo síntoma
fue que comenzaron a transformarse la luz y el clima, el blanco se
contorneo en mil colores que danzaban difuminados a su vista, hasta que
se mezclaron todos y quedó un marrón casi negro, fue entonces cuando la
temperatura bajo y se puso frío y húmedo el ambiente. Invadida de
asombro no podía creer donde se encontraba ni quien era. Estaba plantada
en las orillas del Guaire, frágil y desnuda. Terrible despertar para un
alma sublime.
Fue entonces cuando oyó su primer sonido, eran
las botas de un ejército de escarabajos que venían a lo lejos, se
desprendían uno a uno de un cuerpo tirado en la tierra. Ella veía el
cuerpo, veía los escarabajos acercarse más y más, impotente no podía
correr, estaba desesperada, sintió un escarabajo subirse por su piel,
elevó la mirada al cuerpo y se quedó detallándolo como tratando de ver
que le hacían. Así reconoció la mano mágica pegada al cadáver de un
recoge latas, su mano y todo su cuerpo estaban llenos de polvo de
estrellas. Los escarabajos lo devoraban con ferocidad, los escarabajos,
¡el escarabajo subiendo por su piel!
Ante tal escena y evidente
destino, angustiada, pegó un grito, fue tan fuerte que todo se paralizó,
sintió otro intenso dolor, ella pensó que iba a estallar, comenzó a
desgarrarla por dentro, hasta que se le abrió la piel y surgió una
espina. El dolor pasó cuando le salieron todas sus espinas. Todo comenzó
a tener movimiento nuevamente, el escarabajo apuñaleado por una espina
salió corriendo. El cuerpo del mago pronto desapareció, dejando un
rastro de polvo de estrellas que el viento se llevo. La rosa quedó allí
en las orillas de los despojos esperando a que volviera la magia. De vez
en cuando va una garza que le hace compañía y le canta para aliviar su
pena, pero ella que no sabe de la muerte ni de la finitud, insiste en
esperar la mano que la llena de magia.
Fue así como a la rosa le salieron sus espinas.